
Escuchar esa pelea me recordó lo difícil que es lidiar
con un enfermo alcohólico cuando no sabemos cómo hacerlo. Tratar de
chantajearlo emocionalmente no sirve para nada excepto para que desarrolle más
culpa y resentimiento que lo atarán más a la bebida. Nos llenaremos de decepción
porque pelear con alguien así es inútil, especialmente si se encuentra en
estado de ebriedad.
Al-Anon me ha ayudado a tomarme con calma la vida. No
puedo cambiar a las personas, así que solo tomo las medidas para no verme
afectado por sus desvaríos. En el mundo hay muchísima gente enferma
emocionalmente y espiritualmente, y si me pusiera a pelear con ella me
pasaría la vida haciendo una tarea infructuosa y me perdería la oportunidad de
hacer algo por mí, que sí estoy dispuesto a mejorar y ser feliz.
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