Me di cuenta de mi
progreso en Al-Anon hace varios años. Había estado trabajando hasta muy tarde,
pero un día me fui a tiempo a casa. Cuando llegué encontré a mi hijo de cinco
años sentado en la sala comiendo galletas
Mi esposa había estado bebiendo y se encontraba dormida en el cuarto. La
mirada que me dio mi hijo mostraba que estaba asustado de que le fuera a gritar
por comer galletas tan cerca de la cena.
Me dijo que tenía hambre pero que mamá no se levantaba, así que se subió a una
silla y al mostrador para tomar las galletas del gabinete.
Antes de Al-Anon, yo
hubiera regañado a mi hijo y le hubiera gritado a la alcohólica. En vez de eso
le dije que estaba bien y le di un abrazo y un beso. Entonces pasé las galletas
de los gabinetes altos a los bajos.
Dos días después
recibí una llamada en el trabajo. La alcohólica estaba nuevamente borracha. Fui
a casa y la encontré dormida en el cuarto y a mi hijo en la sala. En vez de enojarme
y arruinar el día, agradecí que mi hijo estuviera bien.
La temperatura ese día
era de 21 grados y el cielo estaba
despejado. Mi hijo y yo jugamos con las hojas y construimos un espantapájaros.
Tuvimos un día maravilloso. Fui capaz de hacer eso ya que aprendí en Al-Anon
que porque otro tenga un mal día, yo no tengo que tener un mal día también.
Antes de Al-Anon no
pensaba que pudiera tomar una mala situación y volverla buena. Ahora puedo
desprenderme de la alcohólica y mantenerme centrado en mí. Soy y siempre seré
un agradecido miembro de Al-Anon.
Reimpreso con la autorización de The Forum, Al-Anon Family Groups Hdqs., Inc., Virginia Beach, VA.