Por
Eileen F., New York
The
Forum, diciembre 2018
Vine a Al-Anon hace varios años. Alguien me sugirió que asistiera a las
reuniones porque estaba siendo afectada por alguien a quien amaba. En ese
momento, pensé, cuando él mejore, estaré bien. Fui a mi primera reunión muy
asustada porque no sabía qué esperar. La coordinadora fue extremadamente
amorosa y comprensiva mientras compartí porqué estaba allí. Ella me escuchó
llorar y me dio la esperanza de que, por primera vez en años, el cambio era
posible. Sentí que si podía concentrarme en mí misma, aprendía las herramientas
del programa y las aplicaba a mi vida, las cosas podrían mejorar.
Aprender a compartir mis sentimientos, ser honesta conmigo misma y
permanecer cerca de personas con ideas afines me dio el coraje de implementar
nuevos comportamientos en mi vida. Sin embargo, el cambio tomó tiempo. Tuve que
ajustar mis actitudes y admitir mi impotencia frente a mi ser querido
alcohólico. Me complace decir que el cambio se ha producido en mis hijos y en
mí, y ha marcado una gran diferencia. Ahora reconozco que no era solo el
alcohólico quien necesitaba cambiar, yo también lo necesitaba.
Reimpreso con la autorización de The Forum, Al-Anon Family Groups Hdqs.,
Inc., Virginia Beach, VA.