Por Mary,
British Columbia
The
Forum, abril 2019
Cuando mi esposo se jubiló, su comportamiento cambió. No pude entender
lo que estaba sucediendo, especialmente cuando se volvió verbalmente agresivo
conmigo por asuntos triviales. Encontré una historia en línea de alguien que
describe lo que ella llamó un borracho seco. Los comportamientos que enumeró
coincidían con los de mi cónyuge, y sugirió ir a Al Anon. Mi primer encuentro
fue difícil. Llegué temprano y me senté en mi carro, aterrorizada de entrar.
Estaba tan avergonzada de no poder manejar esta situación por mi cuenta. Casi
me fui a casa, pero algo muy en lo profundo me dio el coraje que necesitaba
para quedarme.
El grupo era acogedor y gentil; sin embargo, pronto me di cuenta de que
los miembros de esta reunión no eran adecuados para mí. Armada con una lista de
reuniones alternativas en nuestra área, comencé a probar otros. Todavía me
costó mucho esfuerzo ir a mi segundo lugar de reunión, pero fue mucho más fácil
que el primero. Estaba empezando a ver que no era un acto de cobardía asistir a
las reuniones, sino un acto de valentía. Ahora sé que no estoy sola y que el
compartir de cada persona me está ayudando a descubrir las facetas de fortaleza
dentro de mí.
Reimpreso con la autorización de
The Forum, Al-Anon Family Groups Hdqs., Inc., Virginia Beach, VA.
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