Les comparto esta historia escrita
por una compañera (no dio su nombre) para la revista The Forum de agosto de 2000:
Cuando llegué por primera vez al programa, el lema
"Un día a la vez" me sonaba muy tonto. Pasé mi vida haciendo planes
para la semana, el mes, el verano, el semestre, la temporada de fútbol o día de
fiesta siguiente, así que centrarme en el hoy fue un gran cambio.
Vivir un día a la vez hizo cada día más significativo.
Tenía la reputación de preocuparme tanto del futuro que nunca tenía tiempo para
el presente. Ahora, en lugar de vivir apresuradamente mis días, estoy atenta a
dónde estoy y qué hago. Al-Anon me enseña que la mayoría de las cosas sobre las
que me pasé preocupando nunca sucedieron. Las cosas que sí ocurrieron en mi
vida fueron usualmente una gran sorpresa.
Todos los días me tranquiliza el que Dios tiene un
plan para mí. Creo que Dios ha hecho cuidadosamente ese plan a la medida de mis
necesidades y sus deseos. Hago lo mejor por vivir un día a la vez y de tratar
de no tomar otro rumbo.
La vida no es abrumadora cuando vivo un día a la vez.
Cuando veo muy a lo lejos, soy incapaz de discernir qué metas he alcanzado y
qué defectos de carácter he sido capaz de disminuir.
Anoche le estaba hablando a mi hijo. Él estaba
compartiendo algunos de sus dilemas y dije " Lo que necesitas es". Me
detuve y luego continué "que tu madre te apoye y no te
aconseje." Un año atrás le hubiera diseñado una solución no permitiéndole
crecer a su ritmo.
El hoy es bueno. Eso quiere decir que amarlo,
abrazarlo, aprovecharlo, disfrutarlo, odiarlo, ignorarlo o solo dejar de
prestarle atención. Si el hoy es genial, puedo recordarlo. Si es horrible, sé
que mañana tendré otra oportunidad.
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Reimpreso con la autorización de The Forum, Al-Anon
Family Groups Hdqs., Inc., Virginia Beach, VA.