La página 237 de Senderos de Recuperación nos dice que podemos amarnos sin gustarnos ¿Pero no es que amar significa sentir bonito por alguien? No. Puedo practicar el amor con la gente que no me agrada. Le hago el bien siempre que puedo y no la daño si se presenta la tentación de hacerlo.
Nos resulta tan natural ser indiferentes o agresivos con los que nos caen mal, que el ego presenta mucha resistencia cuando queremos revertir ese comportamiento. Yo sentía culpabilidad por no sentir agrado por toda gente, mucho menos por la que me hacía mal. Como desde muy pequeño se me había enseñado que uno de los principios más importantes de la humanidad era amar a todas las personas, aunque no mucha gente lo hacía, me molestaba el no poder hacerlo. Se me facilitaba “sentir bonito” por algunas personas, pero no por otras.
Fue un alivio entender que amar a todas las personas no significa que todas tienen que agradarme. Amar no se trata de sentir un afecto desmesurado por todo el mundo. Se trata de ser bondadoso sin excepción. Hay gente que ni conozco y la trato con amor. Por ejemplo cuido el ambiente pensando no solo en mi propio bienestar, sino en el de todas las criaturas vivas. No las conozco a todas ni mucho menos me invade una ternura extrema al considerarlas, pero las estoy tratando con amor.
El amor no es un sentimiento porque estaría condicionado al agrado que les tenga a las personas. No siempre podré desarrollar ese agrado. Amar es la decisión, como dice el refrán, de hacer bien sin mirar a quien.
C.G
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