Esta
época del año solía vivirla con una mezcla de alegría y dolor. Era un tiempo de
celebración muy especial que esperaba con muchas ansias, pero que propiciaba la
ingesta de alcohol de todos los enfermos alcohólicos de mi familia. Entonces
esas fiestas de fin de año que se suponía iban a traer buenos sentimientos y
hermosos recuerdos, lograban el efecto contrario.
Por mucho tiempo, pese a que ya no había alcoholismo activo cerca de mí, sentía tristeza durante estas fiestas y aunque no llegué a aborrecerlas, en el fondo deseaba que pasaran pronto para aliviar mi incomodidad. Cuando empecé presentarle batalla a la melancolía, las cosas cambiaron.
Por mucho tiempo, pese a que ya no había alcoholismo activo cerca de mí, sentía tristeza durante estas fiestas y aunque no llegué a aborrecerlas, en el fondo deseaba que pasaran pronto para aliviar mi incomodidad. Cuando empecé presentarle batalla a la melancolía, las cosas cambiaron.
El problema no eran las fechas sino mi mente. No podía cambiar el calendario,
pero sí mi manera de pensar. No se trataba de arrancar pronto las hojas del
calendario sino de arrancar mi auto conmiseración y visión negativa.
Actualmente no solo disfruto mucho las fiestas de fin de año sino todos los
días del año. No le permito a nada ni a nadie que complique mi vida. Si los
demás quieren complicar la suya, no puedo hacer nada al respecto. Si me piden
ayuda y están dispuestos a cambiar, se las daré gustoso
Hoy decido no dejarme doblegar por la tristeza. Hoy decido tener una actitud alegre y positiva. Hoy decido tener una feliz Navidad.
C.G.
Hoy decido no dejarme doblegar por la tristeza. Hoy decido tener una actitud alegre y positiva. Hoy decido tener una feliz Navidad.
C.G.
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