Dios, como yo lo concibo, me ha puesto en innumerables situaciones de las que jamás me hubiera imaginado saldría adelante. Me ha llevado a enfrentar mis más grandes miedos pero al mismo tiempo eso me ha servido para crecer y descubrir dones que él me había dado y que ahora me son de una gran utilidad. Mi confianza en Dios y en mí mismo creció como resultado de esta serie de retos que en su momento el miedo me hacían ver como insuperables. Hasta hubo gente escéptica que no creyó que no podría enfrentarlos y mucho menos superarlos.
A veces miro para atrás y me sorprenden las cosas que he logrado por la gracia de mi Poder Superior. De verdad que los milagros no suceden en la zona de confort. No suceden milagros porque no estamos dispuestos a abandonar nuestra comodidad. Dios ayuda a sus amigos a crecer en el campo de batalla ¿Será por eso que tan pocos quieren su amistad?
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