Por Phyllis S., Oregon
The Forum
Mi hijo mayor sufrió el golpe
violento de la ira, la confusión, la irritabilidad de la familia y todo lo que
sucede en un hogar alcohólico. Lo recibió tanto de mí, su madre, como de su
padre. Hoy en día es un adicto a las drogas y alcohólico activo muy enojado y confundido.
Pero hay una ventaja en esta situación. A través del programa Al‑Anon, he
podido reparar daños que le ocasioné y aceptarlo tal como es. A veces tengo que
establecer límites y distanciarme de sus comportamientos inaceptables, pero
puedo hacerlo con amor. Siento que he aprendido el verdadero significado del
amor incondicional, y puedo experimentar una gran libertad personal al
practicarlo.
Mi hijo y yo hemos soportado
mucho juntos a través de los años. A pesar de que nuestras vidas han tomado
caminos diferentes, lo que he aprendido en Al‑Anon nos ha dado una relación muy
especial de madre e hijo, una relación por la cual estoy muy agradecida.
Reimpreso
con la autorización de The Forum, Al-Anon Family Groups Hdqs., Inc., Virginia
Beach, VA.
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