Ayer vi una nueva confirmación de que tratar de controlar el comportamiento de otra persona es inútil. Una familiar estaba angustiada por la relación de su hija con un hombre que padece serios problemas emocionales, y que se manifestaban con frecuencia como hostilidad. Pasó meses persuadiéndola de acabar con la relación, usando primordialmente el chantaje emocional como arma. Ayer me contó que la relación acabó ¿Fue gracias insistencia de esa madre? No. Se presentó una situación límite que dio al traste con todo. La hija no aguantó más. Le mencioné a esa madre la posibilidad de que fuera una ruptura temporal e inmediatamente empezó a vociferar. No quería darle cabida a esa posibilidad. Solo quería aceptar lo que quería creer.
Esta familiar ya había pasado una temporada en el hospital por problemas psicosomáticos derivados de sus preocupaciones. Se la pasó deprimida en una cama por otros que andaban viviendo sus vidas tranquilamente. Se le dio de alta porque estaba bien físicamente. Me acordé de las palabras de un A.A. que definía la codependencia usando el dicho "unos se comen la piña y a otros les duele la panza". Se nos ha infundido que el interés por los demás se demuestra llenándonos de angustia cuando actúan de una forma que no nos parece conveniente y obligándolos a actuar como creemos es lo mejor para ellos. Eso no es cierto. La angustia y el control solo perjudican. Además, desde la perspectiva del programa, ese deseo de controlar lo que revela es una excesiva preocupación por uno mismo. El ego lo justifica como nobleza, aunque lo que en realidad le preocupa al controlador es que sus intereses se vean afectados y sufrir por ello.
Una madre en recuperación nos decía que ella daría su vida porque su hijo dejara la bebida. Pero en vista de que eso no era posible, lo único que podía hacer era seguir su vida y orar por él. Dio su Primer Paso. Se rindió y no por eso es mala madre. Hacerse cargo de lo que se puede y debe y soltar el resto, es lo que se espera de toda persona juiciosa. Es un fruto de la recuperación.
C.G.