Meditaciones personales de un miembro costarricense de la hermandad mundial Al-Anon, dedicada a llevar fortaleza y esperanza a personas afectadas por bebedores problema.
miércoles, 20 de abril de 2016
Soy anónimo, no invisible
Por desconocimiento, el anonimato es uno de los conceptos que más se ha
retorcido. He visto que se llega a exagerar a tal punto, que se hacen
cosas ridículas. Lo más triste es que junto con ese desconocimiento de
lo que es en realidad el anonimato, la malinterpretación de que nuestra
política sobre temas de relaciones públicas se basa más en la atracción
que la promoción ha contribuido en que nos hayamos vuelto una hermandad
casi secreta. También el miedo y la indiferencia a la hora de tocar
puertas para darnos a conocer por el público en general nos ha afectado
mucho. No podemos volvernos tan anónimos que nadie nos conozca, cosa que
iría contra nuestro propósito primordial: LLEVAR EL MENSAJE.
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