Ayer fue mi cumpleaños y me puse a pensar, más que de costumbre, en lo que ha sido mi vida hasta ahora. Me sentí bien con lo que vi. El paso del tiempo no es algo deprimente cuando la vida se vuelve un cúmulo de alegrías que va aumentando a medida que avanza. Por eso el cumplir años no es un motivo para sentirme mal. Me he sentido muy contento al ver para atrás y descubrir que hasta lo que estaba mal, estaba bien como dijo un compañero de la hermandad. Tanto dolor, por la gracia de Dios, pude convertirlo aplicando el programa en algo que en vez de destruirme, me ha ayudado a progresar.
Jamás hubiera imaginado que mi vida llegaría a ser lo que es ahora, como no me imagino qué será de ella en el futuro. Confío que sea lo que sea que venga, será siempre algo bueno si me mantengo haciendo mi mejor esfuerzo por vivir de acuerdo a lo que nos enseña el programa. Veo para atrás y no me abruma el dolor. Veo hacia adelante y no me invade la ansiedad. Lo malo resultó ser bueno así que para qué recordar con dolor. Y si lo que yo interpretó como malo sucediera en el futuro, seguramente resultará ser otra vez de beneficio, así que para qué afanarse.
Le doy gracias mi Poder Superior por todo lo que ha sido, lo que es y lo que será. Mientras procure vivir como él quiere que viva, todo me será favorable.
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