Les comparto esta historia escrita por Diane B.,
de Michigan para la revista The Forum de julio de 1997:
Después de compartir con miembros de Al-Anon sobre mi confusión marital, salía de las reuniones sintiendo que valía algo. Me dije "Valgo algo ¡Soy una preciosa hija de Dios, merecedora de recuperación!" Cuando mi esposo le dio una vez más la espalda a la recuperación en los tres meses de nuestra última reconciliación, un amigo de Al-Anon sugirió que no tomara apresuradamente decisiones importantes sobre mi matrimonio.
Después de compartir con miembros de Al-Anon sobre mi confusión marital, salía de las reuniones sintiendo que valía algo. Me dije "Valgo algo ¡Soy una preciosa hija de Dios, merecedora de recuperación!" Cuando mi esposo le dio una vez más la espalda a la recuperación en los tres meses de nuestra última reconciliación, un amigo de Al-Anon sugirió que no tomara apresuradamente decisiones importantes sobre mi matrimonio.
Después de mucha oración y meditación, trabajando los
pasos con mi mayor habilidad y yendo a
muchas reuniones, llegué a la conclusión de que estaba enferma y cansada de
estar enferma y cansada. Merecía más que la pobre manera que me permití a mí
misma tratarme. Como lo veía, no iba a renunciar a mi matrimonio, si me
mantenía en esa relación caótica estaría renunciando a mí misma. No fallé. No
habría decidido divorciarme de mi marido sino de su enfermedad.
No recomiendo el divorcio a miembros de Al-Anon cuyos
atribulados matrimonios me recuerden el mío. Debo admitir que hay momentos en
que estoy tentada a preguntar "¿Por qué eliges estar en una vida
turbulenta?" Pero sé que una separación completa no es para todos. Fue
una gran lucha para mí escoger el camino que tomé para abrir un nuevo capítulo
en mi vida.
Mi ex-marido me dijo después de que terminara nuestro
divorcio "¡Ahora ya no tienes que volver a Al-Anon nunca más!" Eso me
demostró que nunca entendió de lo que se trata el programa. Al-Anon me mantiene
sensata. Continúo asistiendo y así puedo aprender, crecer, recuperarme, servir,
escuchar y compartir mi experiencia, fortaleza y esperanza. Incluso continúo
cometiendo errores. Después de todo, mi meta es progreso, no perfección. Sigo
orando por él, que se aferre a su programa de recuperación para que así también
pueda experimentar la serenidad.
Después de siete años de estar en Al-Anon y casi dos
de estar soltera, estoy aprendiendo que soy la única persona responsable de mi
felicidad.
Reimpreso con la
autorización de The Forum, Al-Anon Family Groups Hdqs., Inc., Virginia Beach,
VA.
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