jueves, 26 de enero de 2017

Puedo decidir

Al-Anon me dio una comprensión de mí mismo y de los demás como nunca imaginé. Eso me ha ayudado a saber tratar mejor con los demás y a autorregularme. Mi gran problema era la falta de dominio propio lo que mis defectos de carácter, ni lerdos ni perezosos, aprovechaban para hacerme sucumbir.  

 Por mucho tiempo creí que todo debía salir como yo pensaba para estar bien. En otras palabras mi estado de ánimo estaba condicionado por los eventos. Era totalmente reactivo y me parecía correcto porque a fin de cuentas prácticamente toda la gente que conocía hacía lo mismo. Si todos actuaban igual, debía ser lo correcto. Si las cosas marchaban como quería, estaba feliz. Si no, era infeliz. Si alguien me trataba con amabilidad, lo trataba igual. Si me trataba con violencia debía contraatacar. El fuego se combate con fuego. Ojo por ojo y diente por diente.

 El programa me ha ayudado a tener más control de mí mismo y puedo decidir cómo actuar. Tengo nuevas opciones. Lo que aprendí antes resultó ser falso y desastroso. Era otra de tantas creencias arraigadas a las que tuve que decirles adiós. No resultó ser fácil porque era algo fundamental en mi formación (o más bien deformación) como persona. Fue posible solo con la ayuda de mi Poder Superior y la hermandad. Bien valieron mis esfuerzos. No soy totalmente inmune ante el deseo de reaccionar, pero tengo un control bastante aceptable de mí mismo.

Ahora sí soy el amo de mi vida. Soy libre de decidir.

 “No quiero verme condicionado por mi entorno, quiero que mi entorno se vea condicionado por mí.” (Frase de la película Los Infiltrados de 2006)

 C.G.

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