El tema a estudiar el sábado pasado en mi grupo fue el extremismo. Como nos dice De la supervivencia a la recuperación, las cosas no son blancas o negras. Hay una escala de grises que hay que analizar antes de juzgar. Ese análisis más profundo de la vida requiere buena voluntad, tolerancia y un amplio criterio. Conseguir ese equilibrio que nos impida irnos a los extremos no es fácil cuando se ha sido educado para lo contrario. Por lo menos en mi caso, recuerdo que, para la mayoría de la gente a mi alrededor, lo bueno y lo malo eran absolutos. Además, se dejaba llevar por elementos de juicio muy superficiales para emitir un criterio. No veían más allá. También sus apreciaciones en general eran muy subjetivas. Claro que yo seguí ese patrón y también compartía esos criterios incuestionables, aunque muchos eran errados y sin mayor sustento.
Al crecer me fui liberando de esa tendencia a la ligereza y de muchas creencias absurdas que en su momento eran las guías de mi ética y moral. Vivir acorde a mentiras atrofió todavía más mi desarrollo. Necesitaba nutrirme de la verdad, que encontré mucho tiempo después. En Al-Anon, mi escuela espiritual, mi visión se ha ido ampliado a un ritmo mayor. Mi forma de pensar se ha vuelto mucho más equilibrada. Descubrí que el sano juicio no se encuentra en los extremos sino en el medio.
C.G.
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