jueves, 20 de agosto de 2015

Tratando con los intratables

Bill W., cofundador de A.A., hacía esta oración cuando pensaba en personas que le habían ocasionada daño: "Dios, concédeme la serenidad para amar lo mejor de ellos y nunca temer lo peor". Donde la leí no lo explica, pero es evidente que lo que buscaba era no generar malos sentimientos contra ellas y mucho menos resentirse que es una actitud fatal y, en palabras de Bill, es lo que más lleva gente a la bebida.

No niego que se me dificulta lidiar con algunas personas. Por ejemplo, una vez tuve que trabajar junto a alguien con un gravísimo problema de ira que, como sospechaba, se debía a un complejo de inferioridad. Mi padrino me sugirió convertirlo en mi maestro de tolerancia. No funcionó. En ese momento mi tolerancia no daba para tanto y opté por relacionarme lo estrictamente necesario con él. Me mantuve a distancia, pero al comprender su condición de enfermo emocional, no llegué a guardarle rencor. Se dice que un libro no es tan malo como para no tener algo bueno y pienso que lo mismo aplica para la gente. Mi compañero de trabajo tenía aspectos positivos que dejaba aflorar y no negarme a verlos me ayudaba a ser comprensivo y no llenarme de antipatía hacia él.

Un psicólogo miembro de un grupo de 12 Pasos comentó en una charla en un grupo de A.A. que el 97% de la humanidad padece de trastornos emocionales. El dato me llamó la atención, pero viendo la situación del mundo, no me pareció exagerado. Con tanta gente enferma hay que echar mano de la tolerancia. Si espero a que toda se recupere para relacionarme con ella, tendré que quedarme encerrado en un cuarto toda la vida. Yo mismo nunca estaré 100% recuperado.  El Programa me ha ayudado no solo a comprender la deformación de nuestra naturaleza, que todos tenemos en menor o mayor medida, sino que nuestra esencia es el Bien y aunque a veces se opaca, todos tenemos muchas cosas buenas que debemos apreciar.  Cierto es que eso no debe dar pie a mantener una relación destructiva ni abrirle cancha a la permisividad, aunque sí debe servir para no beber el veneno del resentimiento. Independientemente de la locura de los demás, nosotros debemos mantenernos sanos. Si su opción es destruir por medio del egoísmo, la nuestra debería edificar usando el amor.

C.G.

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