Tratando con los intratables
Bill W., cofundador de
A.A., hacía esta oración cuando pensaba en personas que le habían ocasionada
daño: "Dios, concédeme la serenidad para amar lo mejor de ellos y nunca
temer lo peor". Donde la leí no lo explica, pero es evidente que lo que
buscaba era no generar malos sentimientos contra ellas y mucho menos resentirse
que es una actitud fatal y, en palabras de Bill, es lo que más lleva gente a la
bebida.
No niego que se me dificulta
lidiar con algunas personas. Por ejemplo, una vez tuve que trabajar junto a
alguien con un gravísimo problema de ira que, como sospechaba, se debía a un
complejo de inferioridad. Mi padrino me sugirió convertirlo en mi maestro de
tolerancia. No funcionó. En ese momento mi tolerancia no daba para tanto y opté
por relacionarme lo estrictamente necesario con él. Me mantuve a distancia,
pero al comprender su condición de enfermo emocional, no llegué a guardarle
rencor. Se dice que un libro no es tan malo como para no tener algo bueno y
pienso que lo mismo aplica para la gente. Mi compañero de trabajo tenía
aspectos positivos que dejaba aflorar y no negarme a verlos me ayudaba a ser
comprensivo y no llenarme de antipatía hacia él.
Un psicólogo miembro de
un grupo de 12 Pasos comentó en una charla en un grupo de A.A. que el 97% de la
humanidad padece de trastornos emocionales. El dato me llamó la atención, pero
viendo la situación del mundo, no me pareció exagerado. Con tanta gente enferma
hay que echar mano de la tolerancia. Si espero a que toda se recupere para
relacionarme con ella, tendré que quedarme encerrado en un cuarto toda la vida.
Yo mismo nunca estaré 100% recuperado.
El Programa me ha ayudado no solo a comprender la deformación de nuestra
naturaleza, que todos tenemos en menor o mayor medida, sino que nuestra esencia
es el Bien y aunque a veces se opaca, todos tenemos muchas cosas buenas que
debemos apreciar. Cierto es que eso no
debe dar pie a mantener una relación destructiva ni abrirle cancha a la
permisividad, aunque sí debe servir para no beber el veneno del resentimiento.
Independientemente de la locura de los demás, nosotros debemos mantenernos
sanos. Si su opción es destruir por medio del egoísmo, la nuestra debería
edificar usando el amor.
C.G.
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