martes, 13 de octubre de 2015

La recuperación se conquista todos los días

Las personas somos muy inconstantes y regularmente posponemos las cosas o las dejamos de hacer definitivamente. Alguien decía en un programa de radio que la segunda fuerza que mueve al hombre es la pereza. No me sorprende el dato. Yo me he dejado dominar por ella. Cuando repaso la historia de la humanidad pareciera que se resume en que siempre alguien se ha tratado de aprovechar de otro para no hacer nada. No es de sorprender que al llegar al programa nos cueste accionar para lograr nuestra sanidad. Habrá quienes lleguen con la esperanza de que con solo sentirse bien en un grupo tan comprensivo y donde se oyen palabras e historias tan motivadoras bastará para sanar. Ir a las reuniones me agrada mucho y me hace sentir muy bien pero nuestro programa es de acción. Sentir algo bonito dentro de mí cuando leo nuestra literatura o voy a reuniones, no es garantía de que se esté operando un cambio positivo en mi interior. En el ámbito religioso he visto mucha gente caer en esa ilusión de verdadero progreso espiritual sustentado en pura emotividad.


Debo adquirir un compromiso diario con el cambio y ejecutar acciones concretas para lograrlo. El progreso de mi recuperación depende de trabajar sinceramente por vivir de acuerdo a principios y dejar a un lado mi personalidad enferma que solo quiere hundirme. Es un trabajo constante y permanente cuyo descuido traerá una recaída y si no estoy suficientemente fuerte, no me levantaré fácilmente o de plano me quedaré ahí tirado. Igual que como pasa con el ejercicio físico, el ejercicio espiritual requiere disciplina para que sean efectivos.  La desidia trunca mi camino a la felicidad.


Hay una frase que oigo mucho en los grupos “El programa no es para quien lo necesita, sino para quien lo quiere”. Querer el programa significa desear tanto cambiar que trabajo en él a diario para superarme En el mismo programa radial que comenté al inicio de este comentario, se dijo que para mediados de enero, el 80% de la gente ha renunciado a sus intenciones de Año Nuevo. Otra estadística dice que solo un 17% de la gente a la que se les hace una invitación a los grupos de 12 Pasos la acepta (de 100 invitados, 17 llegarán) y que solo un tercio de ellos (de esos 17 serían entre 5 y 6) se quedan por más de cuatro meses. Si no se está dispuesto a perseverar y trabajar, no se podrá progresar.

C.G.

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