martes, 27 de octubre de 2015

Terror convertido en amor

Varias compañeras y compañeros colaboraron en la creación de unos videos que nos sirviera de promoción pero ante todo de atracción. El escuchar ese coro de testimonios me emocionó. Conozco a algunos de los colaboradores y sé que su transformación
es asombrosa. Sus historias de terror ahora son historias de amor. Cuando veo que llega una persona nueva al grupo, dentro de mi corazón anhelo que sea persistente y alcance los grandes regalos que da el seguir el programa. Sé que si uno llega a la Hermandad lo hace desesperado, prácticamente considerándola como el último recurso. No es difícil adivinar que los primerizos están angustiados y su primer deseo es contar su historia normalmente acompañada de lágrimas.

Oír estos testimonios reunidos con el fin de llevar experiencia, fortaleza y esperanza a otros que las necesitan reafirma mi fe en las personas. Tal vez soy ingenuo pero sigo con la convicción de que en la esencia del hombre lo que existe es una necesidad de hacer el bien. Nos unimos para ayudarnos y vivir en armonía y si no lo hacemos nos dañamos y nos sentimos mal. La base del Programa es el amor. Alejarnos de él es lo que nos enferma y al aprender a vivir conforme a él recuperamos nuestro verdadero ser con todo y los beneficios que eso acarrea.

Estas muestras de solidaridad nos deben servir para animarnos a seguir progresando y para estimular nuestro deseo de servir. Todos se prestaron gustosos a participar en algo que sabían iba a beneficiar a mucha gente. No pensaron en un beneficio personal aunque sabemos que a nivel espiritual nada se queda sin retribución. No se necesitaron grandes recursos, ni grandes sacrificios. El costo en términos económicos fue de cero. Solo se requirió voluntad que por desgracia es algo muy escaso fuera de la Hermandad... y a veces hasta dentro de ella.

Video: ¿Qué puedo obtener el Al-Anon?

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