Les comparto este artículo de la revisa The Forum de enero del 2008 escrito por la compañera Lois R. de California:
Primer Paso: No me dejo caer en el fracaso.
Durante mucho años nunca pensé que existiera algo ante lo cual fuera incapaz en el pequeño mundo que tenía. Creía que lo único que tenía que hacer era esforzarme más u organizarme mejor para poder estar a cargo de lo que resultara.
Al vivir con alcohólicos, intenté muchas técnicas nuevas y resolví con más fuerza mantenerlos bajo control. Con eso pretendía mantener el orden, o por lo menos parecer que era ordenada, de ideas lógicas y responsable. Llegué a ser muy eficiente.
Antes de que encontrara a Al-Anon, hubo varios años en los que empecé a ver lo infructuosos que eran mis intentos. Sentía que era un completo fracaso. Ahora me doy cuenta de que estaría preparada para escuchar el mensaje de recuperación únicamente cuando por fin pudiera admitir mi fracaso: mi incapacidad ante los demás y ante la enfermedad del alcoholismo.
Cuando llegué al programa, mi vida no parecía ingobernable porque yo era quien mantenía la familia unida, al cuidado de todos, y quien conservaba la imagen de una feliz unión. Pero cuando por fin pude reconocer lo ingobernable que mi vida se había vuelto en realidad, llegué a estar más dispuesta a ver mi vida y a verme a mí misma de manera diferente.
Aprendí que todos estábamos aquí porque no podíamos manejar nuestras vidas. Me causó un gran alivio el saber que no me correspondía manejar la vida de todos los demás y que, en su lugar, sólo debía concentrarme en el manejo de mí misma.
Aún enfrento el desafío de dejar que otros manejen su propia vida, pero ahora veo que el intentar arreglarles las cosas a los demás es lo que me hizo caer en una gran frustración y fracaso. Hoy constantemente me acuerdo de que, además de mi incapacidad ante el alcohol, también soy incapaz ante la forma de pensar, las decisiones, las reacciones y las consecuencias de los demás. Quiero poder hacerme cargo de mi salud y bienestar, de reconocer mis preferencias, de decidir mis acciones, de encaminar mi actitud y de mantenerme receptiva a mis propios sentimientos y a la nueva información que provenga de los demás.
Ahora que se me quita la carga de la responsabilidad por el bienestar de todo el mundo, puedo tratar de responderles a los demás con verdadero amor en lugar de juzgarlos.
Reimpreso con la autorización de The Forum, Al-Anon Family Group Hdqts., Inc., Virginia Beach, VA.
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