miércoles, 20 de mayo de 2015

Servir es sanar

Es un privilegio que alguien se te acerque a pedirte una sugerencia o que lo guíes por el Programa. Te da la oportunidad de servir, lo que te  permite crecer más y desde luego avanzar más en el camino de la recuperación. Para mí, es lo  más cercano que he estado de cumplir con todo lo que dice la Oración de la Paz, esa bella  oración de anonimato espiritual que reafirma que dando es como recibimos. 
 
Considero un honor que te pidan ser guía pero también es una gran responsabilidad. En mi caso,  me ha exigido comprometerme más con el programa. No solo me refiero a aprender de todas las  fuentes de que disponemos en Al-Anon sino a practicar todo lo que aprendo. Me costaría mucho  sugerir a otro hacer cosas que yo mismo no hago. Debo ser coherente y no caer, como antes, en  la doble moral. 
 
La responsabilidad de acompañar a otro en el viaje de su recuperación es enorme. Me han dejado estupefacto algunos padrinos y madrinas que hacen  sugerencias que van contra los principios del programa. Me preocupa mucho que a causa de mis  sugerencias, alguien vaya a salir perjudicado. Ayudar implica que tengo que leer más, escuchar más experiencias, orar y meditar más ¡Debo mejorar más! Ya no se trata solo de mí, sino de otras personas que, aunque  no están obligadas a hacerlo, posiblemente adopten mis puntos de vista y sigan mis sugerencias.  Por eso le agradezco a todos y todas las que al pedirme les asista, me  han impelido a someterme más al programa. 
 
Al-Anon nos da a todos la oportunidad de recibir el gran regalo de tenderle la mano a otros.  Aprovechémosla gozosamente y con mucha responsabilidad.

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