Un amigo me
recomendó las charlas de un intelectual peruano y las he estado escuchando con
suma atención. Los temas que toca son muy interesantes y actuales. En una de
ellas consideraba que una de las principales razones por las que el ser humano
elige tan mal sus parejas, es porque no se conoce a sí mismo. Es más, decía que
el hombre no tiene esa capacidad. No lo creo. Estoy seguro que todos la
tenemos, nada más que pocos la practicamos. Es una habilidad espiritual pero
sobra decir que tendemos a desdeñar lo espiritual por lo material. No es raro
que la hagamos a un lado ¿Y qué tiene que ver el no conocernos con tomar malas
decisiones? ¡Mucho! Si no sé quién soy en realidad, ¿cómo voy a saber lo
que me conviene o cómo voy a hacer los cambios necesarios para atraer a mi vida
lo bueno? Si mis criterios son superficiales, ¿cómo voy a tomar bien una
decisión transcendente, por ejemplo elegir una pareja?
Me alegra mucho estar en un programa que hace tanto
hincapié en la introspección. Tener conciencia de quién soy en verdad es una
gran ventaja. Si me preguntaran qué es lo más importante que he aprendido de mí
mismo, es que soy un ser espiritual. Me lo habían dicho desde niño pero
no lo había entendido ni comprobado como ahora. Soy un ser que aunque tiene una
parte material cuyas necesidades también debo atender, se debe regir por un
sentido del bien que trae implícito en su esencia. Si traicionó esa esencia,
sufro. Si la sigo y desarrollo, soy feliz y trasciendo. Es más, debo supeditar
lo material a lo espiritual porque de lo contrario las consecuencias en mi vida
serán funestas.
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