Les comparto este otra publicación del blog Through An Al-Anon Filter
CUANDO AMAMOS A UN ALCOHÓLICO. Cuando amamos a un alcohólico, podemos empezar a creer que con un pensamiento racional y cuidadoso, vamos a encontrar la manera "correcta" para explicarles el daño que su forma de beber nos causa a nosotros y a la familia. Podríamos pensar que debido a nuestro cuidado en la elección de nuestras palabras y nuestro tono, el alcohólico será capaz de oírnos.
No es así. Como seres humanos todos tenemos la habilidad de negar, algunos de nosotros a un nivel que podría parecer una locura - esa es la adicción.
Cuando amamos a un alcohólico, podemos querer creer que lo que nos están diciendo esta vez es la verdad - que no se comportarán otra vez así cuando se emborrachen de nuevo, que no tenemos que avergonzarnos ante los gritos de rabia, porque esa fue la última vez, nunca volverá a suceder. Pero si continúan bebiendo, y la rabia es parte integral del proceso de intoxicación de esa persona, entonces los enfrentaremos de nuevo.
Cuando amamos a un alcohólico, podemos asombrarnos al descubrir que cuando finalmente nos decidimos a romper, después tal vez de años de sufrimiento por los efectos de su alcoholismo, es el momento en que deciden dejar de beber - una vez que ya no estamos.
He visto que sucede bastantes veces, y la parte que ha roto puede sentir una ira incontenible -"¿Por qué ahora? ¿Por qué no podía haber hecho eso cuando aún estábamos juntos? Le di años a ese hombre/mujer, y le rogué un millón de veces que dejará de beber y espera a que yo dejé el matrimonio, y entonces deja de beber."
Cuando amamos a un alcohólico, podemos esperar que si lo rescatamos de una mala situación, les proporcionamos dinero / un lugar para quedarse / comidas / un vehículo para conducir, estarán agradecidos, y tratarán con más fuerza alcanzar o mantener la sobriedad. En Al-Anon, este tipo de comportamiento se denomina "permisividad", ya que hace posible la capacidad del alcohólico para mantener sus malabarismos por un período más largo, antes de que todo se derrumba alrededor de su cabeza, y se enfrente a las consecuencias de sus propias decisiones.
La permisividad puede sentirse como amorosa y solidaria, pero a menudo tiene más que ver con nosotros que con el alcohólico. Es posible que necesitemos sentir que hemos "hecho todo lo posible" o somos "un buen padre / esposa / hermano" con la esperanza de que nuestro ejemplo les mostrará cómo su comportamiento es por el contrario, destructivo.
Tal vez estamos atrapados en un ciclo de permisividad, en la que creemos que si no actuamos para salvarlos, se perderán en su adicción para siempre o incluso morirán.
La triste verdad es que no todo alcohólico es capaz de alcanzar o mantener la sobriedad. Muchos de ellos se han perdido en la adicción, y muchos mueren cada año debido a los efectos de la bebida.
En Al-Anon aprendemos que no lo causamos, no podemos controlarlo, y no podemos curarlo. Esto puede ser un duro golpe para el ego y para la propia imagen como rescatador, o puede ser un paso hacia la libertad cuando entendemos que es realmente posible para nosotros tener una vida, satisfactoria, productiva y serena, ya sea que el alcohólico beba aún o no.
El desapego no es cruel ni despiadado; el desprendimiento nos salva de continuar con un trabajo en el que podemos tener un efecto nulo. Cuando amamos a un alcohólico, una de las cosas más consideradas que podemos hacer por ellos es permitirles que controlen sus propias vidas. Podemos sentirnos angustiados por sus elecciones y su autodestrucción, pero cuando honestamente admitimos nuestra impotencia, hemos comenzado nuestro propio viaje de sanación.
Ruego por seguir desprendiéndome de los alcohólicos de mi vida y ser capaz de ver sin juzgar y amar sin culpar.
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