viernes, 13 de febrero de 2015

No perdamos el norte

La Sexta Tradición establece que "nuestros grupos, como tales, jamás debieran apoyar, financiar, ni prestar su nombre a ninguna empresa extraña, para evitar que problemas de dinero, propiedad o prestigio nos desvíen de nuestro objetivo espiritual que es el primordial". El ser humano es maravilloso y Al-Anon me lo ha terminado de demostrar. A todas luces es un ser que viene para realizar cosas grandes, para hacer el mundo mejor. Basta echarle una mirada al mundo para darse cuenta que no estamos cumpliendo con nuestro propósito. Desde mi perspectiva, la manía por el dinero, la propiedad y el prestigio, sobre los cuales nos advierte la tradición, es lo que más ha obstaculizado al hombre alcanzar la grandeza a la que está llamado. Centrarse en esos asuntos ha enviado a muchos en vía directa a la fatalidad.  Son tentaciones muy fuertes ante las que es muy fácil sucumbir y difíciles de abandonar.

 Buscar la realización personal siguiendo otra cosa que no sea nuestra vocación al amor, nos acarrea desdicha. La tarea del ser humano es mejorar continuamente su calidad humana y todo lo que nos impida lograrlo, debe extirparse. No digo que nos despojemos de todo bien material, sino que no nos atemos a ninguno. Todo lo que tengamos tiene que servirnos para nuestro desarrollo espiritual. Quien lo descuida, descuida su propósito y tiene que atenerse a la aflicción que significa perder el rumbo de su vida. Sé lo que es eso porque estuve perdido, pero ahora, por la gracia de Dios, gradualmente me voy recuperando.

 C.G.

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