miércoles, 21 de junio de 2017

Cielo despejado

Les comparto esta historia escrita por Ron M., de Connecticut  para la revista The Forum de julio de 2000:


Me di cuenta de mi progreso en Al-Anon hace varios años. Había estado trabajando hasta muy tarde, pero un día me fui a tiempo a casa. Cuando llegué encontré a mi hijo de cinco años sentado en la sala comiendo galletas  Mi esposa había estado bebiendo y se encontraba dormida en el cuarto. La mirada que me dio mi hijo mostraba que estaba asustado de que le fuera a gritar por comer galletas tan cerca de  la cena. Me dijo que tenía hambre pero que mamá no se levantaba, así que se subió a una silla y al mostrador para tomar las galletas del gabinete.
Antes de Al-Anon, yo hubiera regañado a mi hijo y le hubiera gritado a la alcohólica. En vez de eso le dije que estaba bien y le di un abrazo y un beso. Entonces pasé las galletas de los gabinetes altos a los bajos.
Dos días después recibí una llamada en el trabajo. La alcohólica estaba nuevamente borracha. Fui a casa y la encontré dormida en el cuarto y a mi hijo en la sala. En vez de enojarme y arruinar el día, agradecí que mi hijo estuviera bien.
La temperatura ese día era de 21 grados  y el cielo estaba despejado. Mi hijo y yo jugamos con las hojas y construimos un espantapájaros. Tuvimos un día maravilloso. Fui capaz de hacer eso ya que aprendí en Al-Anon que porque otro tenga un mal día, yo no tengo que tener un mal día también.
Antes de Al-Anon no pensaba que pudiera tomar una mala situación y volverla buena. Ahora puedo desprenderme de la alcohólica y mantenerme centrado en mí. Soy y siempre seré un agradecido miembro de Al-Anon.
 
 Reimpreso con la autorización de The Forum, Al-Anon Family Groups Hdqs., Inc., Virginia Beach, VA.