lunes, 30 de marzo de 2015

El Ciclo del Dolor

Antes no entendía el porqué de la agresividad de muchas personas alrededor mío. ¿Es que era normal ser hostil hasta con los niños? Para nada. Esos vecinos, parientes, maestros, profesores compañeros de trabajo y demás agresores, cargaban una horrible amargura. Era una espantosa herencia compuesta de maltratos que les infligieron otros. Ese dolor interior salía en forma de agresiones, que se irían a incrustar en el corazón de sus víctimas para perpetuar este ciclo trágico.

 No tenemos por qué resignarnos a seguir siendo portadores ni sembradores del dolor ¡Podemos madurar! En Al-Anon, por medio de la comprensión y el perdón, nos quitamos de encima esas profundas raíces de amargura. Dejamos de ser heraldos de la tristeza para ser conductos del bienestar que se deriva de llevar una vida emocional y espiritual sana. En vez de difundir dolor, difundimos la calidez del programa.

 Lamento mucho ver tantos llevando tristes cargas y repartiéndolas sin llegar a disminuirlas sino aumentándolas. Es lógico. Lo que doy me llega duplicado. Como dije recientemente en un espacio que nos cedieron amablemente un grupo de A.A., quisiera que los que andan en la vida sufriendo inútilmente se toparan con el Programa, lo adoptaran y fueran libres.

 

C.G.

viernes, 27 de marzo de 2015

Fases del crecimiento espiritual

Otra excelente publicación de nuestra compañera del blog Through An Al-Anon Filter:

He oído decir que el crecimiento espiritual de los 12 Pasos se compone de tres fases. “Ayúdame” es la primera fase. Llegamos a Al-Anon ensimismados y buscando alivio para nuestro dolor. Como afirma la introducción que se lee en las  reuniones: "Vivir con el alcoholismo es demasiado para la mayoría de nosotros...”

A menudo hemos llegado a una etapa de ira impotente y frustración, sin tener idea de lo que necesitamos, pero sabiendo que necesitamos ayuda. Nos disponemos a rendirnos ante la comprensión de que no podemos hacer que el alcohólico deje  de beber.

La segunda etapa del crecimiento espiritual de los 12 Pasos es "Concédeme" Llegamos a esta etapa cuando nos hacemos de una idea de nuestros defectos de carácter, de la forma en que nos hacen la vida más difícil y obstaculizan nuestra  búsqueda de la serenidad. En esta etapa dejamos de culpar, racionalizar, justificar y nos vemos a nosotros mismos sin rigor y sin juicio, simplemente con claridad. "Esto es lo que soy". Pedimos se nos conceda el alivio de nuestros  defectos de carácter y el que encontremos la paz, sí, pero también que podamos ser una mejor persona. Empezamos a mirar hacia el exterior así como hacia el interior, para entender lo que podría significar para los demás lidiar con nosotros.

La tercera etapa del crecimiento espiritual en los 12 Pasos es "Úsame". Sabemos que así como nuestro Poder Superior usa a la gente en nuestra vida para enseñarnos y apoyarnos, así nosotros podemos también  ser usados. Antes de una reunión con un ahijado, digo una pequeña oración: "Por favor, hazme digno de la confianza de esta persona."

Le estoy pidiendo a mi Poder Superior para que me ayude a dejar de lado mis propios defectos de carácter para que el mensaje pueda llegar a ellos cuando lo necesiten. Sé que tengo algunas técnicas útiles que ofrecer, pero la sabiduría es la  sabiduría de los 12 Pasos, no la mía. No originé estas enseñanzas, yo las recibí de mi padrino y otras personas en el programa, y estoy agradecida de tener la oportunidad de trasmitírselas, pero eso no me hace sabia. No soy una experta  en Al-Anon. Soy el mismo ser humano imperfecto que he sido, pero he escuchado algunas cosas muy buenas, y si tienes el tiempo para escuchar, me emociona el poder hablarte sobre ellas.

C.G.

miércoles, 25 de marzo de 2015

Mata a tus consentidos

En una discusión —no debí entrar en ella, pero al menos no le di largas— con un profesional de la salud mental, este me decía que la felicidad era relativa y que cada uno la encontraba viviendo a su modo o más específicamente, gozando la vida como le pareciera. Me daba ejemplos como que un violador es feliz violando, que Hitler fue feliz matando judíos y que Nerón experimentó felicidad viendo a Roma arder. Luego dijo que practicar cosas que nos hacen felices, entre ellas citó la infidelidad y la promiscuidad, no nos enferman emocionalmente y que parte de su propia felicidad radicaba en hacer cosas que no eran correctas. Es obvio que no conocía sobre el Programa. No hacer las cosas a nuestro modo sino a la luz de los principios espirituales universales es lo que ha sanado emocionalmente, y por lo tanto hecho felices, a millones que han tenido la buena voluntad de someterse a él. Han sido capaces anteponer los principios sus criterios e impulsos.

Seguramente ya se habrán dado cuenta de que mi interlocutor a lo que se refería era al placer. Como él muchas personas confunden los términos placer y felicidad. Ambos no son sinónimos. Es ingenuo creer que porque algo me produce placer necesariamente me hace feliz. ¡Que lo digan los miles que se casaron con la pareja que los iba a "hacer felices", porque se divertían mucho juntos cuando novios, y ahora se sienten frustrados! ¡O los que creyeron que al lograr fortuna y fama para satisfacer sus caprichos alcanzarían la felicidad, pero terminaron más vacíos! Desde luego no estoy en contra del placer mientras sea responsable y no entorpezca nuestro crecimiento espiritual. Pero a raíz de esa discusión, aumentó mi convencimiento que, aunque se ha propuesto el desarrollo de algunos defectos de carácter como fórmula para alcanzar la felicidad, la fuente de la verdadera felicidad está en sujetar nuestra conducta a los dictados de una ética y moral superiores. Lo demuestra que si seguimos el sentido del bien que está dentro de todo hombre, alcanzamos esa plenitud que es la genuina felicidad. Lo veo todo el tiempo en
Al-Anon. La otra propuesta que se ha vuelto muy popular, no ha tenido mucho éxito porque la gente no es más feliz sino lo contrario.

El escritor William Faulkner decía "Al escribir, debes matar a tus consentidos". Quería decir que, aunque el escritor tuviera elementos favoritos para usar en su redacción, podrían no ser convenientes porque iban a disminuir la calidad de sus escritos. Nosotros también tenemos que matar a nuestros consentidos defectos de carácter que, aunque nos produzcan un placer morboso, atentan contra nuestra calidad de vida. Lo que no sirve, que no estorbe. A diferencia de lo que decía mi oponente, creo que el hedonismo (una búsqueda constante de placeres), es infantil y dañino porque alimenta a nuestros consentidos. Para ser hombres y mujeres plenos, no hay que buscar lo que nos gusta sino lo que nos conviene. Al rato lo que nos conviene es lo que nos gusta y si no nos gustaba, como me ha pasado, termina gustándonos.

C.G.

lunes, 23 de marzo de 2015

La mano de Al-Anon

Unos días atrás les contaba acerca de una de tantas madres desesperadas que llegó buscando auxilio a nuestro grupo. Un tiempo después llegó otra persona angustiadísima por una fuerte neurosis que la tenía presa de una obsesión espantosa. Se rompió momentáneamente el protocolo de la reunión para que pudiera, en medio de lágrimas muy amargas, hacer una catarsis que se notaba le urgía. Necesitaba sacarse ese dolor que reconocía no podía irse de inmediato.

Al finalizar la reunión estaba serena, contenta, motivada y muy agradecida ¿Cómo? La identificación con los problemas de los demás afectados por el alcoholismo fue la clave. Al compartirle nuestras experiencias y progresos comprendió que no estaba sola y que la solución estaba al alcance de sus manos porque el problema era ella. Todos le hablamos, pero las palabras clave vinieron de una persona que había tenido sus mismas inquietudes y las había logrado resolver con las herramientas que le dio la hermandad. Recuerdo también cuando ella llegó. No parecía muy desesperada, aunque después supimos que sí lo estaba. Ahora no solo ha encontrado la sanidad que tanto necesitaba, sino que es capaz de compartirla.  Le dio un punto de vista a la recién llegada que no había considerado debido a su obstinación y necesidad de aprobación, pero que fue determinante para que cambiara su actitud. Su problema se desvaneció ante unas breves, pero muy sabias palabras. El conflicto interior cedió ante la aceptación y eso le trajo la paz.

Ver el rostro iluminado de esa nueva compañera que salió no solo calmada sino con una esperanza, me produjo ese gozo interior al que yo llamo felicidad. La mano de Al-Anon otra vez proveyó la ayuda a quien se la solicitaba con desesperación y un corazón dispuesto. Me llena presenciar y participar en esos milagros cotidianos que suceden en nuestras reuniones. Apoyar a otros es el modo más seguro de progresar espiritualmente y por ende de sentirse más pleno.

 C.G.