jueves, 31 de marzo de 2016

Menos ego, más felicidad

Jamás me hubiera imaginado que tantas creencias que se me implantaron desde niño resultarían ser falsas y fatales para mi desarrollo. Por si fuera poco adquirí comportamientos equivocados para enfrentar la vida. Hoy puedo decir que no me formé para ser lo que tenía que ser. Una cosa llamada EGO tomó el lugar de mi verdadero yo. Mi propósito en el mundo se pervirtió. El egoísmo fue haciéndome su presa y deformó mi sentido natural de la felicidad. Andaba perdido lo que trajo como consecuencia vivir mal y sentirme mal.

El secreto de la felicidad es volver al camino original. Eso significa no prestarle oído a ese amasijo de errores llamado ego. No es fácil después de tanto tiempo de fortalecer y obedecer, hasta con gusto, al Usurpador. Gracias al Programa me di cuenta de la realidad y como no puedo ignorarla, es mi deber retornar a mi camino. Solo así podré recobrar el mayor tesoro que me fue dado por el Dios de mi entendimiento: YO.

lunes, 28 de marzo de 2016

Sí, los hombres pueden apadrinar mujeres




Me pareció interesante este artículo que escribió una A.A. pero también aplica para Al-Anon. En mi caso considero que solo si hay mucha madurez emocional (la edad y los años en el programa no valen) de parte de ambos, se puede dar un apadrinamiento entre miembros de diferente sexo o entre miembros de diferente sexo pero con preferencia a su propio sexo. En lo personal ahora tomo medidas para evitar situaciones que se presten para desviar el apadrinamiento de su objetivo espiritual.

SÍ, LOS HOMBRES PUEDEN APADRINAR MUJERES
Por Amy D.

En mis 20 años en el programa he tenido padrinos y madrinas a partes iguales. La única mujer que pudo atenderme bastante tiempo fue una afroamericana lesbiana (yo soy blanca y heterosexual). Fue mi madrina por tres años y medio.

Con quien he trabajado más tiempo ha sido con padrinos. No hay nada en el Libro Grande que diga que los hombres deben tratar solo con los hombres y las mujeres solo deben tratar con las mujeres en lo relativo al apadrinamiento. E incluso si el libro lo dijera, ¿qué pasa si eres gay? Ya que el apadrinamiento del mismo sexo es para evitar posibles complicaciones románticas, en ese caso tener un padrino o madrina del mismo sexo, obviamente presentaría los mismos problemas.

Como digo, entiendo la teoría subyacente (aunque cuando AA comenzó, la mayoría de las mujeres tenían padrinos): La naturaleza íntima del trabajo y el compartir entre un padrino/madrina y un ahijado(a) fácilmente podría conducir a sentimientos románticos o sexuales de ambos lados ¡Pero así es la vida! La gente se enamora de sus médicos, psiquiatras, jefes y sacerdotes. Sé de hombres heterosexuales que han sido abusados ​​sexualmente por sus padrinos. La conclusión es que los alcohólicos tienen problemas profundamente arraigados con el sexo, las relaciones y el poder. Tenemos problemas con los sentimientos. Punto. No hay seguridad en el ámbito de un programa de 12 Pasos, aparte de los buenos límites, motivos limpios y la integridad personal.

Sí, los hombres pueden apadrinar mujeres. Admito que anteriormente me he enamorado de un padrino. Cuando recién alcanzas la sobriedad y ansías aprobación y hallas una figura paterna que respetas, que te ama, que está ahí para ayudarte... ¿Y si además es atractivo? ¡PUM! La cosa se complicó. A pesar de mis sentimientos, él fue uno de los mejores padrinos que he tenido y nunca se propasó.

Pero, ¿he terminado durmiendo con un padrino? Sí. Después recaí. Alguien que me apadrinó brevemente me invitó a su casa y sucedió lo inevitable. Pero yo estaba completamente dispuesta. Sabía exactamente a lo qué iba. Mirando hacia atrás, me pregunto si lo elegí en parte porque me sentía atraída por él.

Mi padrino ahora es un hombre bisexual. Me siento completamente segura al decirle lo que sea. Fui criada principalmente por mi padre, así que puedo escuchar y aceptar mucho mejor una sugerencia de un hombre. Para bien o para mal, así es. Y porque fui criada por un hombre, soy bastante segura, fuerte y algunos podrían decir incluso un poco masculina. Creo que la clave para el apadrinamiento es encontrar a alguien hacia quien sientes confianza, respeto, que te va a escuchar y con quien te puedes relacionar. El género y la orientación sexual no deben ser los factores principales. Se trata de un alcohólico que ayuda a otro.

Si eres mujer y la idea de tener un padrino te hace sentir incómoda, entonces no lo hagas. Pero no frunzas el ceño y le menees un dedo a una mujer a la que sí le agrada. Puede haber intimidad y seguridad entre un hombre y una mujer sin que tenga que haber sexualidad. Mis relaciones con mis amigos varones y padrinos me han permitido ver a los hombres de una manera que no es sexualizada, pero sí íntima, y eso ha sido un verdadero regalo.

domingo, 20 de marzo de 2016

Prendimiento emocional


Una de las características más comunes en los nuevos miembros es su dificultad de aceptar el concepto de desprendimiento emocional y soltar a sus seres queridos alcohólicos. Están muy acostumbrados a estar prendidos de los demás. Se sienten con la obligación de asumir las responsabilidades de otros para salvarlos de sus malas decisiones y están convencidos de que es lo correcto. En el grupo se les explica y concientiza lo importante de ese concepto en el trato con enfermos alcohólicos. Entienden lo lógico que es dejar que cada quien asuma sus responsabilidades, pero al momento de la práctica se les dificulta mucho accionar. Lo aceptan a nivel intelectual pero no emocional. Como todo, superar ese obstáculo es cuestión de práctica. Les decía a mis compañeras en la reunión del sábado anterior que, así como yo en ese momento estaba pasando por un incómodo proceso de aceptación de anteojos, también hay que adaptar nuestra enferma visión espiritual a los lentes de Al-Anon. Nos resultan molestos, a ratos los odiaremos y querremos tirarlos, aunque pasado un tiempo y nos adaptemos, nos preguntaremos cómo hicimos para vivir sin una visión tan clara.

Es tan común confundir echarse al hombro responsabilidades ajenas con apoyo. Alguien me preguntaba cómo hacer la diferencia. Para mí, apoyo es ayudar a alguien que está impedido para cumplir sus obligaciones. Ahora bien, si el impedimento es superable pero esa persona no hace el esfuerzo para salir adelante y más bien lo alimenta, no le estoy ayudando. Me vuelvo parte de su impedimento y no le permito superarlo porque no siente ninguna molestia. Le creo un área de confort. Si a un alcohólico no le permito experimentar el dolor que producen los efectos naturales de sus actos, no va a necesitar evitarlo sanando. El dolor físico es la alerta de que algo no está bien en nuestro cuerpo y también lo es el dolor emocional ¿Cómo voy a querer sanar algo que no me molesta porque me evitan la molestia?

En febrero del 2013 en mi país ocurrió un lamentable accidente. Un niño de 6 años y su madre murieron atropellados por un automóvil. Un buen samaritano les cedió el paso para ahorrarles caminar hasta el semáforo peatonal. Eso tuvo consecuencias desastrosas porque otro conductor, que no los vio, los embistió matando al niño en el acto. La madre murió en el hospital. Para mí eso ejemplifica el mal que nuestras buenas intenciones pueden hacer por evitar una molestia, pero necesaria. Hay un orden a nivel espiritual que no debemos alterar.

C.G.

Los que no llegan

Nos reunimos en un grupo de A.A. cuya membresía es bastante nutrida. No sucede así con nuestro grupo de Al-Anon. En la reunión de ayer me puse a ver el número de miembros del grupo de A.A. que llegó el jueves pasado. Fueron 43. Si por cada enfermo alcohólico se ven afectadas directamente mínimo 4 personas y bajo el supuesto de que ninguno de esos 43 afecte a las mismas personas, hay 172 personas que necesitan de Al-Anon. Pero nuestro grupo está conformado por 7 personas que representa un 4% del total que requiere del Programa. El 96% restante o no es conciente de su necesidad de tratarse o si lo es, no sabe a dónde ir.

Me alegro de ser del 4% que asiste y de los que trabajan por recuperarse (ser miembro del grupo no garantiza la recuperación) pero soy consciente de que este hermoso regalo debo compartirlo. Espero nunca cansarme de llevar el mensaje y de buscar nuevos y efectivos métodos de trasmitirlo. Para mi es otra manera de amar y de sanarme. Dando es como recibimos.

domingo, 13 de marzo de 2016

El programa nos ayuda a vivir con entereza

Estaba en el trabajo la semana pasada, cuando recibí una de esas noticias que le producen a uno un vuelco de corazón. La hija de un amigo había desaparecido. La noticia me intranquilizó. Me ponía a pensar en la familia y en la adolescente que conozco desde que nació. Ha habido muchas desapariciones en mi país que al final resultaron ser fugas y aunque me costaba creerlo por el carácter tan pasivo de la joven, consideré esa posibilidad. Otros datos de los que me enteré luego la hicieron más fuerte y eso me tranquilizó. Era preferible eso a que la hubieran secuestrado o asesinado. 

 Tres días después de recibir la noticia se confirmó la fuga. Se supo que estaba bien lo que también alivió a mi amigo, quien me enteré sospechaba era una fuga. Todo iba bien hasta que supe que había un tema de drogas detrás de su huida. Todavía me cuesta asociar a una jovencita tan tranquila y que se veía tan unida a su familia, a las drogas. Sé que es posible pero el hecho no dejó de golpearme emocionalmente. Me entristecí. Me puse a pensar en cómo se podía sentir mi amigo. Su hija estaba bien y resultó no ser del todo cierto, porque quien se mete en drogas se ha metido en un mundo oscuro y peligroso.

 Alguien que conoce mi relación con diferentes grupos de Doce Pasos, me preguntaba si yo podía hacer algo al respecto. Como siempre contesté que, en temas de adicción, a menos que la persona consume quiera ayuda, no se puede hacer nada. Pero por los familiares se le puede orientar para que encuentren un grupo donde reciban el apoyo necesario. Se puede vivir bien incluso afrontando una situación tan complicada como tener un hijo con una adicción. Es posible seguir disfrutando de la vida viviendo circunstancias adversas y mucha gente en nuestros grupos puede confirmarlo. No tenemos por qué ser títeres de lo fortuito. Mi amigo tampoco tiene porqué serlo. La felicidad no depende de las circunstancias sino de nuestra actitud.

 C.G.