viernes, 30 de enero de 2015

Dueño de mí

El problema en mi vida no ha sido tanto lo que siento sino el no dominarme cuando lo siento. Soy un sube y baja emocional al que le ha costado encontrar un equilibrio que le permita vivir serenamente.

Experimento sentimientos como todo ser humano. No puedo anularlos sino que una vez que los identifico, puedo manejarlos sabiamente. En otras palabras necesito ser el dueño de ellos porque si no me dominarán. Guiado solo por los sentimientos podría acabar actuando de  manera inconveniente. No suele ser fácil aprender a controlarse cuando los sentimientos quieren someternos, ya que durante mucho tiempo les hemos permitido ser nuestros amos. Nuestra susceptibilidad es la que nos doblega ante ellos y tenemos que reducirla para liberarnos.

A los sentimientos se les han atribuido poderes casi mágicos al punto de que es común oir decir que lo mejor es "hacer lo que te dicte el corazón". Esa creencia generalizada contribuye a actuar de manera inconsciente. Desconfío del corazón si no trabaja junto a la razón. En conjunto hacen un mejor trabajo que el que podrían hacer por separado.

¿Cómo dominar los sentimientos?  La lectura y reflexión de los temas que tocamos en el grupo y compartir lo aprendido me ayudan a mejorar mi razonamiento. Y razonar ha sido la mejor herramienta  para moderarme emocionalmente.
 
C.G.

jueves, 29 de enero de 2015

Sin rencor

Una inofensiva broma a una amiga fue el motivo para que esta cortara el contacto conmigo por medio de un servicio de mensajería electrónica. Lo primero que hice al saber por un tercero su decisión fue sentir una leve reacción física. Fue una sensación de vacío en el estómago a la que le siguió una reacción emocional: me enojé. Ambas pasaron rápidamente. Lo que se iba a convertir en una larga y amarga crítica hacia ella, se transformó en sentimientos de compasión. Mi padrino, y también he escuchado lo mismo en charlas de Al-Anon, me recuerda cuando me he molestado que hay que evaluar a la persona que sentimos nos ha causado algún mal.

Al momento de enterarme de que fui bloqueado recordé que es una persona que tiene serios problemas en su relación con los demás. Sufre de poca tolerancia a la frustración, bajísima autoestima y su rostro se ve continuamente atormentado. Sé que padece de un profundo dolor emocional y que ha querido buscar ayuda psicológica. No estaba criticándola sino repasando sin rabia esas características. No me gustó lo sucedido, pero no me sorprendió. Era de esperarse su respuesta dada su condición. No puedo esperar peras del olmo y si lo hago estoy igual o peor que ella.

Lo bueno de esto es que el enojo me duró poco y que no le guardo rencor que a la larga se volvería resentimiento. No pienso tomar ninguna represalia. Quiero dominar mis emociones y no que ellas me dominen a mí. Lo que antes hubiera sido un motivo para llenarme de odio contra otra persona es motivo para compadecer a alguien que, a diferencia mía, no ha podido encontrar un camino mejor. Si pone barreras las respetaré y tendré que mantenerme a distancia cosa que quizá sea oportuna. Al-Anon me enseña a cuidarme y no es válido mantener una relación dañina.

Practicar el amor produce mucha paz interior. En esta ocasión pensar y actuar con buena voluntad me han evitado un sufrimiento inútil.   No existe un deseo de venganza sino de brindar toda mi ayuda si se me pide.

C.G.

miércoles, 28 de enero de 2015

Gente maravillosa en mi camino

No puedo decir que cuando veo al pasado todo es negativo. Guardo buenos recuerdos especialmente de la gente maravillosa que Dios puso en mi camino. Me ofrecieron su consuelo y apoyo que les agradeceré siempre. Nunca ha faltado gente que vaya a mi lado y que me haya ayudado a crecer, aunque conociera poco o nada sobre cómo ayudar a un afectado por el alcoholismo de otra persona. Su amor tocó mi alma haciéndola crecer. 

He encontrado muy gratificante compañía en Al-Anon. El solo hecho de estar junto a personas cuyo fin es auto mejorarse me produce una sensación de sobrecogimiento. Su bondad e interés que muestran cuando recurro a ellos me devuelve el ánimo. Alimentan mi creencia que todas las personas en el fondo son buenas, a diferencia de hace años atrás cuando cada persona la consideraba una amenaza. Me devuelven la fe en la humanidad y me motivan a amarla.

Mi Poder Superior me habla a través de la misma gente que ha enviado. Puede sonar como una fantasía si les contara que cuando pedí una respuesta o una palabra de ánimo, alguien llegó para decirme lo que necesitaba. Y sin embargo ha sucedido. Recordarlo me produce estremecimiento y me maravillo que Dios cuide tan exquisitamente de mí, cuando antes pensaba que, en el mejor de los casos, tenía mi situación en lista de espera ¡Imaginarse que aún mi fe flaquea! Pero dada mi condición humana, no es de extrañar.

Quisiera volver a ver a las personas que me apoyaron pero que por diversas circunstancias nos distanciamos. Algunas ya habrán muerto.  Les daría las gracias y les contaría que su solidaridad para conmigo no fue en vano, aunque no creo que necesiten escuchar mi agradecimiento ni que su trabajo rindió fruto. Lo mejor que puedo hacer, y es lo que a ellos les gustaría que hiciera, es continuar su legado de amor dándolo a otros.

C.G.

martes, 27 de enero de 2015

Buenas intenciones que dañan

Ver a otra persona, sobre todo a un ser querido, atrapada en una adicción nos despierta fuertes y diversas emociones. Querremos ayudarle y la forma en que le ofrezcamos nuestra ayuda, a menos que conozcamos sobre ese tema, estará fundada en la emoción que nos domine. Nuestra actitud irá desde la condescendencia hasta la agresión. En todo caso nos justificaremos pensando que nos mueven las buenas intenciones.

En Medicina se usa la expresión latina Primum non nocere (significa lo primero es no dañar). Es una máxima que señala que al curar se debe ser cuidadoso para no producir más daño. Frente al alcoholismo hay que conducirse de una manera inteligente. Si no se hace así, estaremos propiciando que este continúe. En vez de brindar auxilio, empeoraremos la situación. Conocer la enfermedad del alcoholismo nos ayuda a tratar adecuadamente a quien la padece. Como miembro de Al-Anon he sentido la necesidad de aprender todo lo que pueda sobre ella. Si quiero relacionarme correctamente con el enfermo alcohólico necesito entenderlo, no basarme en mis propias apreciaciones ni en mis emociones. Por eso busco diferentes fuentes que me den información para entender la adicción y al adicto.

Necesito conocimientos adecuados y equilibrio emocional para enfrentar apropiadamente al alcoholismo. Al-Anon me ofrece ambas cosas. Las buenas intenciones no bastan. Requerimos educarnos intelectual y emocionalmente para ser efectivos.

 C.G.