
Un pasado duro no puede
hacernos perder la esperanza de que las cosas mejorarán. El pasado no me
determina si tomo una actitud correcta. Si sigo repitiendo los mismos patrones
de conducta negativos, desde luego las cosas seguirán igual de mal. En un
estudio sobre la espiritualidad del programa escuchaba al expositor decir que
"la vida no viene a mí" sino "que la vida viene de mí". Que
soy co-creador junto con mi Poder Superior de mi vida y que no puedo achacarle
a un destino lo que me pasa.
Con la práctica del programa mis pensamientos
dominantes se vuelven positivos, haciendo que esté más dispuesto a ayudarme que
a boicotearme. Adoptar una mentalidad positiva hace que sin importar las
circunstancias, las probabilidades estén a mi favor. Si las cosas no salen como
esperaba igual ganaré, ya que una actitud positiva no permitirá que me
entierre en la frustración. La felicidad o infelicidad no dependen de lo que me
suceda, sino de cómo me tomo lo que me suceda.
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