domingo, 23 de agosto de 2015

El dinero y la felicidad



Cuando creía que la felicidad era placer, dinero y felicidad eran sinónimos porque el dinero me permitía conseguir cosas que me daban placer. Tenía otra razón para creerlo. Veía a todas las personas buscarlo con desesperación y parecía que el máximo logro de alguien, era tener mucho acumulado. Y todavía mejor si gracias al desahogo económico, uno se entregaba a la pereza y se dedicaba solo al placer.

Viendo ahora que el acumular fortuna es un riesgo muy grande para mi integridad, y parece que para mucha gente, le pido a mi Poder Superior me ayude a tener lo que él considere necesario y que yo pueda manejar. En el aspecto material también necesito sobriedad.  La felicidad no proviene de cuánto puedo comprar sino de mis actos correctos. La vivencia del Bien es lo que me hace feliz. Creo que lo que dice la Sexta Tradición sobre los grupos aplica también para las personas, o sea que nuestro objetivo primordial es el espiritual. Nada debe distraerme de ese objetivo. Todo lo que soy y tengo debe servirme para mi crecimiento. De lo contrario es inútil y terminará perjudicándome. En la medida que viva los principios que me enseña en el programa y que creo están inscritos en la esencia de toda persona, aunque no todas se preocupan por seguirlos, seré feliz.

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