
Incorporar los principios en mi vida cotidiana es una forma en que la mano de Al-Anon está siempre lista para quien pida ayuda. Quizá el compañero de trabajo o estudio esté necesitado de una sonrisa. Podría ser que el cajero ocupe un "tenga un feliz día". Un trabajo hecho como nos enseña Al-Anon, ayuda a una sociedad enferma por la irresponsabilidad. Puedo ofrecer mi honestidad a un mundo que pide ayuda para eliminar la corrupción. El Programa me ha dado mucho por lo que es mucho lo que puedo dar. Llevo siempre lo que aprendo en Al-Anon conmigo no solo porque lo necesito, sino para darlo a los demás. Dejar los principios y hacer a un lado a mi Poder Superior, quien es mi sustento, es un acto de suicidio espiritual y me convierte en una amenaza.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Le sugiero dejar su comentario usando la opción Anónimo