
Cada paso que
doy ya no me lleva a la desgracia sino cada vez me aleja más de ella. No ha
sido algo gratuito porque he tenido que trabajar pero ha valido la pena. Sé que
mi Poder Superior me ha puesto en el camino correcto y dejo estar vigilante
para que mis defectos no me hagan descarriarme de él. No puedo dormirme en los
laureles. Mi lucha es diaria. Si no soy constante, todo lo logrado puede
echarse a perder. Mirar mis logros actuales es una forma de animarme a seguir
trabajando y a ser obediente al Programa.
Ver todo ese camino recorrido,
llena mi corazón de agradecimiento hacia el Dios de mi entendimiento. No sé
cuánto más camino me queda por recorrer, pero evaluar mi avance me hace mirar
hacia adelante con optimismo. De la mano de Dios el futuro luce prometedor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Le sugiero dejar su comentario usando la opción Anónimo