lunes, 27 de abril de 2015

Despertar Espiritual

Dentro de mí yacía un ser maravilloso en coma. Mis defectos de carácter, amplificados por las vivencias en un hogar neurótico, lo mantenían en letargo. El control de mi vida le pertenecía a él pero llegó un usurpador, El Ego, que me convirtió en una piltrafa en el escenario de la vida.
Ese ser espiritual soñaba con poder desplegarse en el mundo con todo el esplendor que Dios le había otorgado. Pero el usurpador se mantenía firme. Fue hasta que empecé a cavar profundo con las herramientas que me proporcionó Al-Anon, que pude sacar todos esos tóxicos que lo mantenían dormido y empezó a fortalecerse y a tomar el papel que le correspondía. Había iniciado mi despertar espiritual.
 El gigante se despertó y sigue recuperando el terreno perdido. Con cada conquista mi vida se vuelve mejor. Una vez que abrió los ojos parece que ya no los va cerrar ni que nada lo vaya a detener. El despertar es progresivo. Continúo trabajando para que el ser de luz que me fue concedido, se despoje de todo rastro de sopor y cumpla el propósito por el cual Dios me lo dio. Ese trabajo incesante por recobrar completamente ese yo espiritual, es lo que llamo mi proceso de recuperación. 
C.G.
 

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