viernes, 3 de abril de 2015

¡Usted está muy viejo para andar en eso!



Estaba en mi casa cuando oí en la noche un alboroto. Una señora había enviado a su hijo adolescente a traerse a la casa a su esposo que se había pasado de tragos. El muchacho le reclamaba duramente a su papá en el camino de regreso que anduviera borracho. "¡Usted está muy viejo para andar en eso!", le gritaba. El señor, con voz torpe, insistía en que no quería regresar. El asunto se convirtió en todo un drama que por el tono que estaba alcanzando, pensé iba a terminar a golpes. Una familiar mía quiso salir a darle unas palabras de aliento en medio de aluvión de críticas, pero le recomendé firmemente que no porque además de que al entrometerse  podría empeorar el problema, no valdría la pena porque la mente del señor estaba obnubilada. Luego se callaron y no supe más. 

Escuchar esa pelea me recordó lo difícil que es lidiar con un enfermo alcohólico cuando no sabemos cómo  hacerlo. Tratar de chantajearlo emocionalmente no sirve para nada excepto para que desarrolle más culpa y resentimiento que lo atarán más a la bebida. Nos llenaremos de decepción porque pelear con alguien así es inútil, especialmente si se encuentra en estado de ebriedad. 

Al-Anon me ha ayudado a tomarme con calma la vida. No puedo cambiar a las personas, así que solo tomo las medidas para no verme afectado por sus desvaríos. En el mundo hay muchísima gente enferma emocionalmente y espiritualmente, y si me pusiera a pelear con ella  me pasaría la vida haciendo una tarea infructuosa y me perdería la oportunidad de hacer algo por mí, que sí estoy dispuesto a mejorar y ser feliz.

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