Ver a otra persona, sobre todo a un ser querido, atrapada en
una adicción nos despierta fuertes y diversas emociones. Querremos ayudarle y
la forma en que le ofrezcamos nuestra ayuda, a menos que conozcamos sobre ese
tema, estará fundada en la emoción que nos domine. Nuestra actitud irá desde la
condescendencia hasta la agresión. En todo caso nos justificaremos pensando que
nos mueven las buenas intenciones.
En Medicina se usa la expresión latina Primum non nocere (significa lo primero es no dañar). Es una máxima que señala que al curar se
debe ser cuidadoso para no producir más daño. Frente al alcoholismo hay que
conducirse de una manera inteligente. Si no se hace así, estaremos propiciando
que este continúe. En vez de brindar auxilio, empeoraremos la situación.
Conocer la enfermedad del alcoholismo nos ayuda a tratar adecuadamente a quien
la padece. Como miembro de Al-Anon he sentido la necesidad de aprender todo lo
que pueda sobre ella. Si quiero relacionarme correctamente con el enfermo
alcohólico necesito entenderlo, no basarme en mis propias apreciaciones ni en mis
emociones. Por eso busco diferentes fuentes que me den información para
entender la adicción y al adicto.
Necesito conocimientos adecuados y equilibrio emocional para enfrentar
apropiadamente al alcoholismo. Al-Anon me ofrece ambas cosas. Las buenas intenciones
no bastan. Requerimos educarnos intelectual y emocionalmente para ser
efectivos.
C.G.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Le sugiero dejar su comentario usando la opción Anónimo