martes, 27 de enero de 2015

Buenas intenciones que dañan

Ver a otra persona, sobre todo a un ser querido, atrapada en una adicción nos despierta fuertes y diversas emociones. Querremos ayudarle y la forma en que le ofrezcamos nuestra ayuda, a menos que conozcamos sobre ese tema, estará fundada en la emoción que nos domine. Nuestra actitud irá desde la condescendencia hasta la agresión. En todo caso nos justificaremos pensando que nos mueven las buenas intenciones.

En Medicina se usa la expresión latina Primum non nocere (significa lo primero es no dañar). Es una máxima que señala que al curar se debe ser cuidadoso para no producir más daño. Frente al alcoholismo hay que conducirse de una manera inteligente. Si no se hace así, estaremos propiciando que este continúe. En vez de brindar auxilio, empeoraremos la situación. Conocer la enfermedad del alcoholismo nos ayuda a tratar adecuadamente a quien la padece. Como miembro de Al-Anon he sentido la necesidad de aprender todo lo que pueda sobre ella. Si quiero relacionarme correctamente con el enfermo alcohólico necesito entenderlo, no basarme en mis propias apreciaciones ni en mis emociones. Por eso busco diferentes fuentes que me den información para entender la adicción y al adicto.

Necesito conocimientos adecuados y equilibrio emocional para enfrentar apropiadamente al alcoholismo. Al-Anon me ofrece ambas cosas. Las buenas intenciones no bastan. Requerimos educarnos intelectual y emocionalmente para ser efectivos.

 C.G.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Le sugiero dejar su comentario usando la opción Anónimo