Una inofensiva broma a una amiga fue el motivo para que esta cortara el contacto conmigo por medio de un servicio de mensajería electrónica. Lo primero que hice al saber por un tercero su decisión fue sentir una leve reacción física. Fue una sensación de vacío en el estómago a la que le siguió una reacción emocional: me enojé. Ambas pasaron rápidamente. Lo que se iba a convertir en una larga y amarga crítica hacia ella, se transformó en sentimientos de compasión. Mi padrino, y también he escuchado lo mismo en charlas de Al-Anon, me recuerda cuando me he molestado que hay que evaluar a la persona que sentimos nos ha causado algún mal.
Al momento de enterarme de que fui bloqueado recordé que es una persona que tiene serios problemas en su relación con los demás. Sufre de poca tolerancia a la frustración, bajísima autoestima y su rostro se ve continuamente atormentado. Sé que padece de un profundo dolor emocional y que ha querido buscar ayuda psicológica. No estaba criticándola sino repasando sin rabia esas características. No me gustó lo sucedido, pero no me sorprendió. Era de esperarse su respuesta dada su condición. No puedo esperar peras del olmo y si lo hago estoy igual o peor que ella.
Lo bueno de esto es que el enojo me duró poco y que no le guardo rencor que a la larga se volvería resentimiento. No pienso tomar ninguna represalia. Quiero dominar mis emociones y no que ellas me dominen a mí. Lo que antes hubiera sido un motivo para llenarme de odio contra otra persona es motivo para compadecer a alguien que, a diferencia mía, no ha podido encontrar un camino mejor. Si pone barreras las respetaré y tendré que mantenerme a distancia cosa que quizá sea oportuna. Al-Anon me enseña a cuidarme y no es válido mantener una relación dañina.
Practicar el amor produce mucha paz interior. En esta ocasión pensar y actuar con buena voluntad me han evitado un sufrimiento inútil. No existe un deseo de venganza sino de brindar toda mi ayuda si se me pide.
C.G.
Al momento de enterarme de que fui bloqueado recordé que es una persona que tiene serios problemas en su relación con los demás. Sufre de poca tolerancia a la frustración, bajísima autoestima y su rostro se ve continuamente atormentado. Sé que padece de un profundo dolor emocional y que ha querido buscar ayuda psicológica. No estaba criticándola sino repasando sin rabia esas características. No me gustó lo sucedido, pero no me sorprendió. Era de esperarse su respuesta dada su condición. No puedo esperar peras del olmo y si lo hago estoy igual o peor que ella.
Lo bueno de esto es que el enojo me duró poco y que no le guardo rencor que a la larga se volvería resentimiento. No pienso tomar ninguna represalia. Quiero dominar mis emociones y no que ellas me dominen a mí. Lo que antes hubiera sido un motivo para llenarme de odio contra otra persona es motivo para compadecer a alguien que, a diferencia mía, no ha podido encontrar un camino mejor. Si pone barreras las respetaré y tendré que mantenerme a distancia cosa que quizá sea oportuna. Al-Anon me enseña a cuidarme y no es válido mantener una relación dañina.
Practicar el amor produce mucha paz interior. En esta ocasión pensar y actuar con buena voluntad me han evitado un sufrimiento inútil. No existe un deseo de venganza sino de brindar toda mi ayuda si se me pide.
C.G.
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