jueves, 22 de enero de 2015

Tengo esperanza


No importa lo difícil que se vea una situación, mantengo la esperanza. Antes no la tenía. Era prisionero del pesimismo porque no veía todas las alternativas que estaban a mi disposición para salir avante. No tenía confianza en Dios y tampoco podía esperar su ayuda ya que no me entregaba en sus manos ni estaba dispuesto a obedecerle. Me las tenía que arreglar por mi cuenta, algo no muy alentador considerando lo limitado que soy y mis pobres bases espirituales de aquel entonces. La vida lucía amenazadora.

No espero que todo salga como yo quiero, sino que saldrá de la mejor manera. La posibilidad de que vendrá lo mejor siempre está presente, si sigo los principios que he aprendido. Mi esperanza no es una esperanza pasiva sino activa. La práctica del Programa siempre traerá algo bueno. Con esa seguridad puedo abrazar un optimismo que me da paz en medio de las dificultades. Ahora igual que antes se presentan situaciones que no quiero, la diferencia es que ya no me entrego al abatimiento y echo mano de las herramientas que se me han dado para contrarrestarlo.

Uno de mis autores favoritos escribió que usando un avión y siguiendo los principios de aeronáutica, se puede atravesar una tormenta y reencontrarse sobre ella con el sol y la tranquilidad. Así también con los principios espirituales podemos atravesar las contrariedades para hallar la paz. Seguro de esto puedo estar esperanzado de que los obstáculos serán conquistados y los vientos turbios pasarán.
 
C.G.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Le sugiero dejar su comentario usando la opción Anónimo