No me cabe duda de que Dios, como yo lo concibo, quiere lo mejor para mí. Lo irónico es que no siempre me agrada lo que me presenta y por supuesto no tengo la disposición de recibirlo. Si mis deseos no coinciden con los de mi Poder Superior, tiendo a rechazarlos.
Dos hijos de mi egocentrismo, el Conformismo y el Temor, siguen siendo obstáculos para abrazar todo lo maravilloso que mi Poder Superior tiene reservado para mí. Mi predisposición al auto sabotaje quiere continuar impidiendo mi progreso personal. Consiente que soy de mi visión tan limitada, le pido a Dios me ayude a no rechazar sus presentes.
La literatura dice que el programa no es para quien lo necesita sino para quien lo quiera. Cuando escucho esa frase siempre siento compasión por tanta gente que considero necesita con urgencia el programa y no llega, o si llega no se compromete. En mi corazón existe un gran deseo de que no dejaran pasar esta gran oportunidad. Ese mismo deseo lo debo tener para mí. El interés de Dios por mí es muy grande. Su sabiduría excede por mucho la mía. Quiero todo lo bueno que él esté dispuesto a darme.
Mi padrino me dice que preferir lo que nos gusta a lo que nos conviene es una actitud infantil y que lo bueno es enemigo de lo mejor. No quiero seguir siendo un niño a nivel espiritual. Mis deseos pueden ser buenos, no obstante, lo que Dios tiene preparado para mí siempre será mejor. Quiero aceptar lo que sus pródigas manos pongan en las mías, encaje o no con mis preferencias.
C.G.
Antes cuando lo que le pedia a Dios no se me daba empezaba como a resentirme con Dios por que no por que no ya hoy tratao de aceptar su voluntad por que esta es buena justa y agradable
ResponderBorrarIgual yo le hacía una lista de peticiones a Dios. Esa lista ahora se resume en una: Ayúdame a complir tu voluntad.
BorrarAYUDAME a cumplir tu voluntad...Què hermosa conclusiòn..
ResponderBorrar