lunes, 5 de enero de 2015

Persiguiendo espejismos

En las carreras de perros se usa un señuelo móvil que es lo que los motiva a correr. Si un perro logra alcanzar el señuelo, no vuelve a correr jamás ¿Por qué? Porque se da cuenta de que no era real. Descubre que andaba corriendo detrás de una ilusión y pierde el interés. 

Hace unos pocos días adoptamos una gatita y pensé en conseguir un puntero láser para que corriera detrás del punto de luz. Lo deseché porque además de que podría ser perjudicial para su vista, leí que el gato se aburre si alcanza el punto porque no puede agarrarlo. Se da cuenta que es un engaño. Algunas personas lo que hacen es darle al gato algo de comida después de jugar para que sienta que el esfuerzo no fue en vano. Igual muchas veces yo he perseguido cosas que creí me daría un gran valor y placer permanente pero solo eran espejismos.

 Creí que el dinero, los títulos, un buen pedigrí, una pareja, una familia perfecta, una gran elocuencia, una inteligencia desbordante y otras tantas cosas eran lo que definían mi valor. Eso fue lo que me programaron a creer. Gracias a Dios, no tuvo que pasar mucho tiempo antes de que desechara esas ideas que me hubieran llevado a la desgracia ¡Cuánta gente destruye su integridad por conseguir esas cosas! Hacen y se dejan hacer monstruosidades con tal de obtenerlas y mantenerlas. Todas esas cosas en sí no son malas, pero debo buscarlas y usarlas teniendo sano juicio, porque si no se volverán en mi contra. Desviarían mi atención de mi crecimiento espiritual que es al que debo darle prioridad. 

 A la luz del programa me he dado cuenta que mi valor viene implícito con mi condición de persona. No tengo que ganármelo ni demostrarlo y si tuviera que medirlo, sería en proporción al amor que doy. 

¿Cuál es el señuelo que persigues y que te lleva en dirección contraria a la felicidad? ¿Qué es eso que crees que te dará valor y más bien te lo quita? Ya no corras detrás de él. Ríndete.

 C.G.


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