Cuando en las reuniones hablamos de vivir el
presente, siempre cuento mi pasada insistencia en crear escenarios futuros
negativos. Frecuentemente esperaba lo peor. Me había convertido en presa del
temor y lo encontraba en todas partes. Quería encontrar otra cosa, pero mi
mente se había adaptado a la desesperanza, y mis actitudes me llevaban por un
camino errado.
Todas las personas decimos querer lo mejor pero parece que no
siempre podemos distinguirlo con claridad y nos lanzamos en búsqueda de lo
contrario. Conozco mucha gente que dice querer una vida feliz, pero se dedica
en cuerpo y alma a lo contrario. Su juicio, como el mío, se ha distorsionado y
nos ha impedido diferenciar lo que nos conviene de lo que no nos conviene. He
tenido cambios en mi forma de pensar que me permiten ver con mucha más claridad
las cosas y poder buscar lo que es lo mejor para mi vida.
Con la ayuda del grupo, de mi padrino y de mi
Poder Superior, he aprendido a darle el valor correcto a las cosas por lo que
ahora sé mejor que caminos valen la pena recorrer y cuales abandonar. Sé en
cual búsqueda empeñarme y cual abandonar.
Y si tengo dudas, sé que tengo mucha ayuda a la que puedo recurrir en
vez de encerrarme en la obstinación.
Por muchos años me acostumbre a llevar una
vida muy conformista y caracterizada por el auto sabotaje. Pero al ir sanando,
estoy revirtiendo ese comportamiento y ando tras metas saludables. No solo se
trata de desear lo bueno, sino de tener la sanación mental que me permita
identificarlo como tal y buscarlo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Le sugiero dejar su comentario usando la opción Anónimo