miércoles, 28 de enero de 2015

Gente maravillosa en mi camino

No puedo decir que cuando veo al pasado todo es negativo. Guardo buenos recuerdos especialmente de la gente maravillosa que Dios puso en mi camino. Me ofrecieron su consuelo y apoyo que les agradeceré siempre. Nunca ha faltado gente que vaya a mi lado y que me haya ayudado a crecer, aunque conociera poco o nada sobre cómo ayudar a un afectado por el alcoholismo de otra persona. Su amor tocó mi alma haciéndola crecer. 

He encontrado muy gratificante compañía en Al-Anon. El solo hecho de estar junto a personas cuyo fin es auto mejorarse me produce una sensación de sobrecogimiento. Su bondad e interés que muestran cuando recurro a ellos me devuelve el ánimo. Alimentan mi creencia que todas las personas en el fondo son buenas, a diferencia de hace años atrás cuando cada persona la consideraba una amenaza. Me devuelven la fe en la humanidad y me motivan a amarla.

Mi Poder Superior me habla a través de la misma gente que ha enviado. Puede sonar como una fantasía si les contara que cuando pedí una respuesta o una palabra de ánimo, alguien llegó para decirme lo que necesitaba. Y sin embargo ha sucedido. Recordarlo me produce estremecimiento y me maravillo que Dios cuide tan exquisitamente de mí, cuando antes pensaba que, en el mejor de los casos, tenía mi situación en lista de espera ¡Imaginarse que aún mi fe flaquea! Pero dada mi condición humana, no es de extrañar.

Quisiera volver a ver a las personas que me apoyaron pero que por diversas circunstancias nos distanciamos. Algunas ya habrán muerto.  Les daría las gracias y les contaría que su solidaridad para conmigo no fue en vano, aunque no creo que necesiten escuchar mi agradecimiento ni que su trabajo rindió fruto. Lo mejor que puedo hacer, y es lo que a ellos les gustaría que hiciera, es continuar su legado de amor dándolo a otros.

C.G.

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